Diseñada en 1928 por Ludwig Mies van der Rohe y su compañera Lilly Reich, la Silla Barcelona fue creada como mobiliario para una de las principales obras del arquitecto; el Pabellón Alemán para la Feria Mundial en Barcelona de 1929.
Inspirada en las sillas plegables y los apoyapiés en forma de X de los faraones romanos, se crea este moderno diseño con un importante peso intelectual y cultural.
El diseño original, previo a la aparición del acero inoxidable y la soldadura, consistía en patas atornilladas en forma de X y un cojín de piel de cerdo, de color marfil.
Luego, en 1950, Mies rediseñó la silla haciendo uso de nuevos materiales. Con esto, se deja el marco de una sola pieza de metal, generando un diseño de líneas simples y pulcras, tal como se conoce hoy en día.
“Esta silla me costó mas que el pabellón” dijo Mies van der Rohe, hablando de la Silla Barcelona.
Este icono del estilo modernista entró en producción comercial casi de inmediato, y en 1953 Mies entrega la licencia exclusiva de producción a Knoll, fabricante actual de la silla Barcelona a partir de las especificaciones del arquitecto.
Las armónicas proporciones, la forma elegante y simple y la mezcla de materiales tradicionales y modernos, convirtieron a la silla Barcelona en una pieza de arte reconocida a nivel mundial; un objeto escultural presente en galerías de exposición, museos y viviendas de arquitectos y diseñadores que reconocen la importancia y exhiben con orgullo este icono de la arquitectura moderna.
Actualmente se produce en dos tipos de acero diferentes y en variados tipos de cuero, de diferentes colores, y su proceso de fabricación es principalmente manual. Los ejemplares originales llevan la firma de Mies y el logo de Knoll grabado en el marco de acero.